La rinoplastia es la cirugía que modifica la forma y tamaño de la nariz, y es uno de los procedimientos quirúrgicos más habituales en cirugía plástica, concretamente, el 30% de las operaciones de cirugía estética son de nariz (60% mujeres, 40% hombres).

La operación consiste, básicamente en modificar las estructuras óseas y cartilaginosas nasales para conseguir una nueva forma que mejore la armonía facial. También puede ayudar a corregir defectos de nacimiento, lesiones nasales y algunos problemas respiratorios.

¿Qué conseguimos?

Gracias a la rinoplastia logramos una mejoría en la apariencia facial. El objetivo de esta intervención, es que la «nueva nariz” no llame la atención, y se integre plenamente en el contexto general de la cara, produciendo un conjunto armónico y agradable, es decir, que no se detecte que ha sido intervenida. En definitiva, es buscar un equilibrio facial.

La mayoría de los pacientes que se someten a una rinoplastia se encuentran bien en 2 días, siendo capaces de volver al trabajo o al colegio en una semana más o menos. Sin embargo, no se deberán realizar algunas actividades hasta que no pase algún tiempo.